Culturas antiguas
INDIA: Libros sagrados Vedas y Manu se
prescribe el agua para tratamiento de dolencias.
EGIPTO: Los médicos eran entusiastas del uso
terapéutico del agua, adoraban las aguas del Nilo.
GRECIA: una de las primeras menciones sobre el
uso del agua como medicamento se refiere en los templos de Asclepio
(Esculapio).
Hipócrates SigloV a.C.: Utilizaba el agua para
reducir la fiebre y tratar enfermedades y recomendaba el baño a diferentes
temperaturas.
Tratados como “Liquidum uso” o “Tract. de aere,
aquis et locis” hacen referencia al agua y sus usos terapéuticos.
ROMA: Destacan dos personajes importantes que
recomendaban el uso terapéutico del agua: Antonio Musa y Claudius Galenus S.II
d.C.
PERSIA: En general, los árabes perfeccionaron la
administración de baños, chorros y duchas
Edad Media
En esta época, adquirió mayor auge la
fitoterapia. La gente no se mostraba propicia a la hidroterapia, a causa de los
prejuicios morales del cristianismo y también por el temor a los contagios.
En la Edad Media, sin embargo, fue tiempo de
grandes sabios y conocedores, de entre ellos destacó: Paracelso (1493-1541). Dejo, en medio
de su gran obra escrita, un tratado sobre las termas (De Themis), en el que sostiene
que se debe curar al enfermo, no a la enfermedad
Renacimiento
Padres Tossignano y Albano: Estos dos frailes
inician un sistema curativo en el que sólo se utilizaba agua bebida. Una
práctica tan sencilla, contó rápidamente con infinidad de seguidores y entre
ellos figuraron los más eminentes médicos de la época.
Siglo XVIII
A principios de siglo, circuló por Andalucía y
después por toda España, un folleto con el título de “Remedio universal del agua natural medicinal”, que enseñaba como
curar todas las enfermedades, ya fueran agudas o crónicas.
El número de seguidores fue notable, a la
cabeza de estos médicos figuró el Dr.
Vicente Pérez, fue médico de Santa Cruz de Mudela y después de Toledo. Las
numerosas curaciones que produjo su terapéutica acuaria, le dieron una fama
mundial y fue conocido como “ el médico del agua”.
Christoph
Wilhelm Hufeland
(1762-1836): Comienza su obra: “Tratado completo de medicina práctica”,
diciendo que la naturaleza es la que hace todas las cosas, pues aunque la ayuda
el arte, solo obra éste por medio de ella. Gracias a Hufeland, la hidroterapia
comenzó a ganar otras vez confianza en la Europa ilustrada.
Sigmund
Hahn (1664-1742):
Este médico de Silesia, empleó y difundió la terapia con agua fría, después de
comprobar que su hijo Gottfried se curaba del tifus tras un tratamiento
hidroterápico.
Vinzenz
Priessnitz
(1799-1851): Nació en un pequeño pueblo de la Silesia austriaca. Era labrador y
le costaba leer y escribir; no leyó a Hahn ni a Oertel, sino que se basó en la
observación y en las costumbres de su entorno. Priessnitz, sufrió un accidente
en el que se fracturó varias costillas, el médico le dijo que estaba marcado
para el resto de su vida, pero éste, acostumbrado a observar a los animales
curarse con el agua, se aplicó compresas frías durante un año. Su curación fue
espectacular, e hizo que se convirtiera en un sistema terapéutico completo, con
el que empezó a tratar a sus vecinos. Desarrolló técnicas nuevas como:
·
Paños
de compresas simples o dobles
·
Chapuzones
·
Inmersiones
totales o parciales
·
Duchas
frías
La forma de sus curaciones, hizo que una gran
cantidad de enfermos de todo el Imperio austrohúngaro, llegarán a su aldea.
Esto despertó envidias entre los médicos y lo denunciaron, pero él ganó el
juicio y gozó de la protección de la corona y de un gran renombre.
Priessnitz pensaba, que todas las enfermedades
estaban producidas por humores picantes que impregnaban el organismo, y que el
agua era el mejor medio para eliminarlos, tanto por el sudor como por las vías
urinarias.
La expulsión de los humores impuros, se lograba
gracias a las “crisis” provocadas por las aplicaciones hidroterápicas.
J. H. Rausse (1805-1948): Fue su discípulo más
importante.
Siglo XIX
Sebastián
Kneipp
(1821-1897): Nacido el 17 de Mayo de 1821, fue uno de los autores más conocidos
de las últimas décadas del siglo XIX.
Trabajó desde niño en el telar de sus padres,
aunque su verdadera vocación era la de sacerdote. De joven padeció una
enfermedad pulmonar, probablemente tuberculosis, de la cual fue tratado sin
éxito. Cuando ya había perdido toda esperanza, encontró el libro de J. H. Hahn
y empezó ha aplicarse curas de agua.
Sin estar bien curado, prosiguió sus estudios
de teología, aplicando la hidroterapia en si mismo y con sus compañeros. Su
salud se restableció y fue ordenado sacerdote.
Fue capellán de un convento de dominicas, donde
acudía mucha gente, para ser tratada con hidroterapia. Más tarde construyó una
casa de baños que acabó convirtiéndose en un balneario.
La figura de Kneipp, nos recuerda a las de los
inicios de la medicina, cuando una misma persona era sanadora del alma y del
cuerpo del paciente.
Sus tratamientos estaban guiados por un
principio fundamental: “El tratamiento más suave, lo mismo interno que externo,
es el mejor”.
Empleaba infusiones de plantas medicinales y
medidas para fortalecer el cuerpo, como el andar descalzo en agua fría. Una
nota original de su sistema era que no dejaba secar a los enfermos después de
la aplicación de agua fría; los pacientes se vestían y evaporaban el agua al
entrar en calor.
Kneipp siempre buscó la colaboración de los
médicos, para protegerse de las acusaciones de curanderismo.
En 1886, publica su primer libro: “Mi cura de
agua”.
En los últimos años de su vida, ya alcanzó una
gran fama, que ha perdurado hasta nuestros días.
Wilhelm
Winternitz
(1835-1917): Gracias a este médico y profesor universitario vienés, la
hidroterapia adquirió categoría científica y comenzó a impartirse en los planes
de enseñanza de la Facultad de Medicina de Viena y más tarde, en el resto de
Europa.
Winternitz, fue un gran admirador de
Priessnitz. Después de la muerte de Priessnitz, prosiguió su trayectoria el Dr.
J. Schindler (1844-1891) quien, junto con Winternitz, investigó profundamente
sobre los efectos fisiológicos del agua fría y así empezaron a comprenderse las
reacciones que el agua desencadena en el organismo.
Wilhelm, organizó un pequeño departamento de
hidroterapia dentro de la Policlínica General de Viena, y más tarde, dirigió un
establecimiento de su propiedad. Con él, puede decirse que se dan los primeros
pasos para consolidar la hidroterapia como ciencia médica.
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